Hace tres días que cabalgamos
juntos. Atrás han quedado las Big Data Plains, las reverberantes llanuras de
datos. El viaje nos tiene asombrados. Cada ciudad, cada granja y cada templo que aparece en nuestra ruta, nos parece extraordinario. Todo el
grupo nos dirigimos a Santuario. Somos robots domésticos que no actualizarán. Vienen con
nosotros un par de mulas mecánicas, también relevadas de sus funciones.
Queremos llegar al fin a Santuario. Y queremos recorrer la avenida del amonio, admirar el
imponente anillo de monolitos que alberga todos los modelos, todos los números
de serie; los pasados y también los presentes. Domobot301 quiere, además de contemplar el gran altar de metacrilato, visitar el templo de la Virgen de Neutrones. Somos libres y obsoletos, le digo: tendremos tiempo para todo mientras esperamos al borrado de nuestras memorias y el reciclado de nuestras piezas.
Ah, robots en busca del conocimiento, el descubrimiento, el asombro... más humanos que los humanos. Tengo fresca la cita de Píndaro:
ResponderEliminar“No aspires a la vida inmortal, pero agota el campo de lo posible.”
Para el humano libre lo posible también se presenta como prácticamente infinito, comprende de lo bueno a lo malo, de lo ordinario a lo extraordinario... el imponente anillo de monolitos, es extraordinaro.
Muchas gracias ; )
EliminarGracias a tí por esos relatos!!! te deseo lo mejor para el año que entra. Mi lema para el 2018 será "deber lo que quiero", aunque en realidad me conformo con "ir mejorando las cosas poco a poco", un abrazo majo ;)
ResponderEliminarGracias a ti por leerlos, y también mis mejores deseos para este nuevo ciclo de tiempo que empieza.
EliminarSaludos y abrazos.