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Mostrando entradas de octubre, 2018

Umbiliquitaque

Allí dentro había alguien más. No era una impresión volátil, lo sentía de verdad. Era muy posible que el divorcio le estuviera afectando. Se había vuelto huraño y desconfiado, vivía entre penumbras y no dejaba entrar a nadie en la casa. Si afinaba el oído escuchaba una pequeña respiración que le desquiciaba los nervios, de por sí aguzados por el insomnio; sonaba como un bebé cargado de flemas; y aunque solucionó el problema con unos tapones para dormir, aquello, lo que fuera, continuó respirando, cuajándose de vida junto a sus desvelos. Llegó el día en que lo despertó una tos ronca. Miró primero bajo cama, por un renovado temor infantil. Además de basurillas encontró una madeja de pelos y esputos; un cuerpo adulto, enteramente formado por pelusas de ombligo y que luchaba por parecerse a su exmujer. Quiso estar soñando, echar para atrás el tiempo, pero u nas manos deshilachadas se deslizaban ya bajo su ropa.