Tras una noche de insomnio, la SATOR VERTICAL evidenció fallos en el
envasado de los saquitos de pistachos al punto de sal de 150g, que
henchidos de aire y únicamente con un par de frutos dentro, se
amontonaban en el extremo de la cinta transportadora. Por su parte,
VENDOR S.L. envió a su técnico, que ni encontró falla en la envasadora
ni mal reglaje: La máquina no duerme por las noches, detalló en su informe.
Muchos kilómetros después, aburrido en LA CARRETA, mesón habitual de la
ruta hacia Cáceres, Eugenio Mancebo, técnico de VENDOR S.L., pinchaba
con su mondadientes uno de los saquitos defectuosos y caía dormido al
respirar su contenido. En lo profundo del sueño, la envasadora confesó
su legítima aflicción: atornillada al cemento, solo conozco esta nave…
estas bolsas al vacío.
Al despertar, el técnico de VENDOR S.L., se frotó los ojos sin entender nada.
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