En la guardería, el resto de niños de su clase, hacían cosas de niños: ellos no. La sabrosa macedonia, el popular postre favorito, tampoco era de su agrado. Estaban apáticos durante el día y lo que verdaderamente les gustaba era salir y aullar a la
luna, emboscar cervatillos, conejos y otras bestezuelas; en eso habían salido a sus padres. Los pequeños eran niños
lobo, de orejas picudas, pelaje abundante y colmillos prominentes. Los niños
de su especie crecen entre niños, puesto que son niños, pero al alcanzar la edad adulta no se
mezclarán con el resto de hombres ordinarios. Algunos caerán a manos de los
hombres, igual que sus ancestros, confundidos con bestias sanguinarias. No
encontrarán vampiros ni balas de plata, pero sí dedos acusadores. Aullarán a la
luna, es seguro, y saludarán el paso de las estrellas y los cometas.
Tras una noche de insomnio, la SATOR VERTICAL evidenció fallos en el envasado de los saquitos de pistachos al punto de sal de 150g, que henchidos de aire y únicamente con un par de frutos dentro, se amontonaban en el extremo de la cinta transportadora. Por su parte, VENDOR S.L. envió a su técnico, que ni encontró falla en la envasadora ni mal reglaje: La máquina no duerme por las noches, detal ló en su informe. Muchos kilómetros después, aburrido en LA CARRETA, mesón habitual de la ruta hacia Cáceres, Eugenio Mancebo, técnico de VENDOR S.L., pinchaba con su mondadientes uno de los saquitos defectuosos y caía dormido al respirar su contenido. En lo profundo del sueño, la envasadora confesó su legítima aflicción: atornillada al cemento, solo conozco esta nave… estas bolsas al vacío. Al despertar, el técnico de VENDOR S.L., se frotó los ojos sin entender nada.
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