Ir al contenido principal

La dimensión inservible.


( Relato en construcción )

Comentarios

  1. Como no puede ser de otra manera me invade la desazón tras leer el texto, intento recurrir al anállisis pero mi caja de herramientas es muy limitada. Abro una nueva pestaña, aparece el buscador de Google, tecleo "función" en el campo de texto y le doy a "I'm feeling lucky", el azar, la suerte... aparece esta página de Wikipedia "función matemática", leo el primer párrafo:

    "En matemáticas, se dice que una magnitud o cantidad es función de otra si el valor de la primera depende del valor de la segunda. Por ejemplo el área A de un círculo es función de su radio r (el valor del área es proporcional al cuadrado del radio, A = π·r2). Del mismo modo, la duración T de un viaje en tren entre dos ciudades separadas por una distancia d de 150 km depende de la velocidad v a la que se desplace el tren (la duración es inversamente proporcional a la velocidad, d / v). A la primera magnitud (el área, la duración) se la denomina variable dependiente, y la cantidad de la que depende (el radio y la velocidad) es la variable independiente."

    Creo comprender algo más, me siento mejor.

    Un fuerte abrazo don Don.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias. Pero creo que fue un relato errado. Quise escribir sobre el personaje que coleccionaba fotografías de objetos desechados, pero al mismo tiempo quería escribir sobre una dimensión inservible. Intenté unir la rotura con lo inservible. Y aunque me gusta esa juntura, pienso que será mejor volver a intentarlo. Muchas gracias por leer y por comentar. Saludos y abrazos.

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Sueños al vacío

  Tras una noche de insomnio, la SATOR VERTICAL evidenció fallos en el envasado de los saquitos de pistachos al punto de sal de 150g, que henchidos de aire y únicamente con un par de frutos dentro, se amontonaban en el extremo de la cinta transportadora. Por su parte, VENDOR S.L. envió a su técnico, que ni encontró falla en la envasadora ni mal reglaje: La máquina no duerme por las noches, detal ló en su informe. Muchos kilómetros después, aburrido en LA CARRETA, mesón habitual de la ruta hacia Cáceres, Eugenio Mancebo, técnico de VENDOR S.L., pinchaba con su mondadientes uno de los saquitos defectuosos y caía dormido al respirar su contenido. En lo profundo del sueño, la envasadora confesó su legítima aflicción: atornillada al cemento, solo conozco esta nave… estas bolsas al vacío. Al despertar, el técnico de VENDOR S.L., se frotó los ojos sin entender nada.

Hombre bala

  Se acerca la hora del cañón, y en su interior, como siempre antes del lanzamiento, el hombre bala repasa sin mucho entusiasmo los deshilachados hitos que tachonan su vida. «Por si tengo un mal aterrizaje», se dice. Y mientras el maestro de ceremonias detalla la parábola del vuelo, en e l centro de la explanada, remarcado por un solitario foco, han dispuesto al imponente cilindro. El foro enmudece tras una pausa reverencial, y un atronador estallido sacude entonces las tribunas. Como un obús, el hombre bala atraviesa la humareda. Se proyecta velocísimo. Rebasa la colchoneta que lo aguarda fuera de la pista; queda atrás el parking de caravanas y el recinto ferial, y los días mohosos y las tardes de espera. Vuela muy alto, donde nada puede tocarlo, hasta desaparecer sobre un estrépito de aplausos. De la caseta de tickets escapa un pálido suspiro; «qué suerte... ese ya no ficha mañana».